miércoles, 31 de agosto de 2011

Pan Tostado. (De entre mis apuntes).

Cuando era niño, ocasionalmente mi madre como cena nos daba café con leche con muchos agregados.

Recuerdo especialmente una noche, cuando ella nos sirvió café con leche, después de un día de trabajo muy duro.

Esa noche, mi madre le puso un plato con huevos revueltos, carne y
pan tostado bastante quemado frente a mi padre.

Recuerdo haber esperado un poco, para ver si papá notaba ese hecho.
Todo lo que mi padre hizo, fue tomar su tostada, sonreír a mi madre y
preguntarme como había sido mi día en la escuela.

No recuerdo lo que le respondí, pero recuerdo haberlo mirado, untando
el pan con mantequilla y mermelada y comiendo cada bocado.

Cuando me levanté de la mesa, aquella noche, escuché a mamá
disculpándose por haber quemado el pan.

Nunca me olvidé de la respuesta de papá "me encantó el pan quemado".

Mas tarde, aquella noche, cuando le fui a dar un beso de buenas noches
a papá, le pregunté si realmente le había gustado aquel pan quemado.

El me tomó en sus brazos y me dijo:
Compañero, tu madre tuvo un día de trabajo muy pesado y estaba
realmente cansada...
Además de eso, un pan quemado no le hace mal a nadie.

La vida está llena de imperfección y las personas no son perfectas.

Tampoco soy el mejor marido, el mejor empleado o cocinero, tal vez ni
siquiera el mejor padre, aunque intente serlo todos los días.

He aprendido a través de los años, que saber aceptar las fallas ajenas, intentando minimizar las diferencias entre unos y otros, es una de las llaves más importantes para crear relacionamientos saludables y duraderos.
Desde que tu madre y yo nos unimos, aprendimos los dos a suplir uno las fallas del otro.

Yo se cocinar muy poco, pero aprendí a dejar la olla de aluminio
reluciente.

Ella no sabe usar el taladro, pero después de mis arreglos, ella hace que todo quede limpio y perfumado.

Yo no se hacer una lasaña como ella lo hace, pero ella no sabe asar una carne como yo
lo hago.

Yo nunca supe hacerte dormir, pero conmigo tu tomas un baño rápido y sin reclamar.

La suma de nosotros crea el mundo que te recibió y te apoya, ella y yo nos complementamos.
Nuestra familia debe aprovechar este nuestro universo mientras estemos los dos presentes.

No es verdad que mas tarde, el día que uno de los dos parta, este mundo se va a desmoronar,de ninguna manera.

Nuevamente tendremos que aprender a adaptarnos para hacer lo mejor.

De hecho, podríamos extender esta lección para cualquier tipo de relación, entre marido y mujer, entre padre e hijos, entre hermanos, entre colegas, con amigos y también en el ambiente profesional.

Entonces hijo, esfuérzate para ser siempre tolerante, principalmente con quien dedica su precioso tiempo de vida a ti y al prójimo

Las personas se olvidarán de lo que le hagas, o de lo que le digas.

Pero nunca se olvidarán el modo en el cual las hiciste sentir.