viernes, 19 de septiembre de 2008

19 de septiembre de 1985.

Me levanté a la misma hora de siempre, tenía que pasar a cargar gasolina porque saldría de la oficina rumbo al corralón de las patrullas para hacerles inventario, yo trabajaba en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, era el encargado del activo fijo de la Dirección General de Inspección, recuerdo que iba con tiempo, pero en la gasolinería había más olvidadizos, ¿porqué será que siempre parece que nos reunimos como si fuera una convención de olvidadizos? en fin, perdí casi 15 minutos ahi, después me alegraría de este hecho, tomé el mismo camino de siempre, bueno, era el único, todos los que viven en el área de Satélite, por lo regular toman este camino, el estacionamieno más grande del mundo, el Periférico desde las Torres de Satélite hasta el sur de la ciudad de México.
Recuerdo muy bien que apenas iba pasando por enfrente del Palacio Municipal de Naucalpan y sentí como mi VW sedán se bamboleaba un poco, miré hacia los lados por si algún trailer pasaba en ese momento, pero el tráfico estaba parcialmente detenido, entonces me fijé en los postes que están en la división de ambos sentidos, se estaban moviendo, Naucalpan es una zona donde casi no se sienten los movimientos telúricos, y pensé de inmediato, si aqui se está sintiendo de esta manera, en el centro ha de estar más duro, después de algunos minutos, seguimos avanzando, pero el tráfico se volvió increíblemente más lento, creo que hubiéramos ido más rápido caminando, realmente yo ya estaba muy preocupado, tenía un par de semanas llegando un poco después de las 7 de la mañana por una demostración que le estaba haciendo a mi jefe inmediato de ese entonces.
Me llamó a mi oficina, yo era el Delegado Sindical en ese entonces, situación que no les parecía a todos los jefes, el Director General era un militar retirado, asi como el Subdirector y un par de Jefes de Departamento, y no estaban acostumbrados a tener representación sindical en sus dominios, pero conmigo empezó todo, aunque yo podía contar con ciertas pleitesías por mi cargo, ganado en una votación abierta, no hacía uso de ellas, ya que realmente yo iba a la Sección Sindical después de salir de la oficina, o sea a partir de las 15:00 hrs., me encargaba de los asuntos sindicales en mi tiempo libre, un par de horas después solamente, y así la llevaba tranquilo, sin embargo, repito, a los jefes no les parecía, y en esa ocasión me llamó muy fuertemente la atención el Sr. Isidro, me dijo que yo ya me había burocratizado, que ya no rendía de la misma manera, que estaba arriesgando mi situación ante los jefes, etc., entonces decidí demostrarles que eso no era asi, aunque lo sabían, pero estaban usando la táctica de ... cansa a este muchacho, y ya regresará al redil.
Es por eso que estaba llegando tan temprano a la oficina, también el Contador y Norita, del archivo, llegaban a esa hora aproximadamente, y desayunábamos juntos, platicando, riendo, o contando algún chismesín de oficina, casi no hay de eso.
CONTINUARÁ...

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