viernes, 31 de octubre de 2008

MURIO EL SENTIDO COMÚN.

Estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia ciertas qué edad tenía, los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido entre los vericuetos de la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como:
Lo ético como principio básico
El orden y la limpieza
La Integridad
La puntualidad
La responsabilidad
El deseo de superación
El respeto a las leyes y los reglamentos
El respeto por el derecho de los demás
Su amor al trabajo
Su esfuerzos al ahorro y gastar de acuerdo a sus necesidades
'Sentido Común' vivió bajo simples y eficaces consignas ('no gastes más de lo que ganas' y
'los adultos, y no los niños, están a cargo').
Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron:
disciplinar a sus ingobernables hijos; o cuando se confundieron los derechos humanos con no castigar la delincuencia, quitándole autoridad a la justicia y a los funcionarios de orden y seguridad.
Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los medios de comunicación vendieron su pluma al mejor postor perdiendo la ética y acallando la verdad, dando paso a la farándula y a la información incompleta o tergiversada.
La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres: Verdad y Confianza, la de su esposa Discreción, la de su hija Responsabilidad y la de su hijo Raciocinio.
Lo sobreviven sus tres hermanastros:
Sólo reconozco mis Derechos, los demás tienen la Culpa, y Soy una Víctima de la Sociedad.
No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido.

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