Ese es el tiempo que me queda de mi descanso u hora de comida en el trabajo, quiero escribir algo, no se me ocurre nada, pienso que el teclado se quiere morir de risa al verme en este estado desesperante, el monitor, ni se diga, lo veo como se burla, el CPU, al lado, me mira de reojo, el mouse, ese si es amigo, a él le importa nada que escriba o no, en fin, el café se ha enfriado, el tiempo sigue su marcha, observo como mis compañeros van regresando poco a poco al reloj checador, y yo aquí, de necio, queriendo escribir algo y nada sale, que tiempos aquellos en que venían las musas y ......tampoco escribía nada.
En fin, si no quiero une reprimenda de mi jefa, mejor dejo esto por la paz, total, ya mañana, o pasado mañana, o la próxima semana, no sé, el caso es que puedo volver a intentarlo en otra ocasión, hasta entonces.
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3 comentarios:
hay veces que bastan dos minutos para escribir algo que da vuelta en la cabeza y otras se necesitan horas y aun asi ,luego hay que revisar para ver que quede bién escrito y sea entendible el texto .
¡¡7 minutos bien aprovechados!!! Han servido para hacer una buena y simpática crónica de lo que nos ocurre a todos alguna que otra vez.
Y, no las musas no andaban lejos de tí, ¿acaso no observaste como el café que habia en tu taza habia menguado ostensiblemente sin apenarlas probarlo? ¡¡Caramba, que musas tan caprichosas!!
Sin decir nada, se dice más que hablando.
Sin ver, se ve más que mirando.
Sin oír, se oye más que escuchando.
No consiste en lo que no puedes decir, si no en lo que estás callando.
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