viernes, 15 de mayo de 2009

La Tìa.

Hola amigos, esto que hoy quiero escribir se refiere a una historia que compartì a travez del Blog, lo que no recuerdo si fue en este o en algùn otro, en fin, ya no quiero retrasar màs esta entrada.
Aquì en casa son exactamente las 20:00 horas, la familia se fue a la quinta misa por el novenario que se hace cuando hay una defunciòn en la familia, y es que asì sucediò apenas la semana pasada, para ser exacto el jueves.
La tìa era todo un personaje como ya quedò escrito, pero a pesar de su enfermedad, lo siguiò siendo aunque ella ya no recordara nada, cuando digo nada, es que hasta lo que antes hacìa con tanto gusto y ahinco, comer, se le olvidò tambièn, durante tres semanas solamente estuvo a lìquidos que se le suministraban incluso ya con una cuchara de esas chiquitas de cafè, imagìnense que incluso, ella solamente tomaba la mitad o a veces menor cantidad de esa pequeña cucharada, y decìa, ya no puedo, estoy llena.
Esas tres semanas fueron el principio del fin, su aspecto fìsico era por demàs deprimente, una noche antes de su deceso, su mèdico, hermano de ella, le pudo poner una sonda por la narìz hacia el estòmago, estàbamos celebrando ese logro, incluso hice el comentario de que ya la ìbamos a engordar nuevamente.
Yo me encontraba en el trabajo cuando un mensaje de texto me llegò, habìa fallecido a medio dìa y la estaban preparando para ser transportada al velatorio.
Sabem amigos? me dio mucha tristeza, a pesar de que su estado era muy patètico ya, y que al fin podìa descansar y estar donde quiera que estè, de todas formas ese sentimiento se apoderò de mi, fue una persona que a mi, a mis hijos y a toda mi familia, nos dio alegrìas, de esas que se dan no materialmente, sino de esas que arrancan una sonrisa o una carcajada, ya sea por una broma, por una de sus historias, no importaba que ya fueran repetitivas desde hace años, simplemente por ser uan manera de mantener una charla con ella, tal vez tu conozcas a alguien asì, que te cuente las cosas màs de una vez, y sientas que te desespera en algùn momento inlcuso, porque no decirlo, salir huyendo de su presencia, no te preocupes, de todas formas esa persona estarà ahi, y caeràs de nuevo, y te tendràs que aguantar, asi como me pasò a mi y a tantos otros miembros de la familia, nuevos o viejos.
Tìa, querida Tìa Pata, descanse en paz, nosotros la seguiremos recordando repetidamente, porque asì nos lo enseñò usted.
Sirva esto como un sencillo homenaje a la Señora, Fausta Calderòn Parra.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Querido amigo,.
Lamento lo que ha sucedido y te doy mis condolencias.
Pero la vida es así, y ver a una persona consumiendose día a día minuto a minuto, es mucho más duro que verla morir y saber que acabó su padecimiento.
Hace muy poco alguien me dijo: todo tiene solución en ésta vida menos la muerte, y yo contesté: a veces la muerte es la solución.
Es una contestación cruda pero cierta.
Repito mi pesar, y ánimo a toda la
familia.
Un abrazo

Beto dijo...

Gracias Alicia, y si, definitivamente, aquí fue esa solución.