lunes, 15 de junio de 2009

Los árboles nos han acompañado a lo largo de la historia‏



Los árboles nos han acompañado a lo largo de la historia
y lo siguen haciendo, brindándonos su protección y energía.
Respetados y venerados por numerosos cultos y tradiciones,
Un árbol es mucho más que una planta que tiene tronco leñoso,
ramas y hojas, piensen que es un ser vivo,
totalmente interrelacionado no sólo con los otros árboles
que tiene a su alrededor sino también con los seres humanos.

Si es así,
estarían en consonancia con lo que otros pueblos
y otras culturas han opinado en torno a sus árboles.
No los consideraban como seres aislados
sino que formaban parte directa de sus mitos y ritos,
de sus cultos y prácticas mágicas,
de su vida cotidiana y sus usos medicinales.
Habían qué árboles curaban y qué árboles mataban,
cuáles les protegían de los rayos y cuáles los atraían,
aquellos que eran buenos para alejar
a los insectos y cuáles atraían enfermedades.

En definitiva,
sabían que cada árbol alberga
un espíritu que
le confiere una fuerza determinada,
un "alma"
que le da un poder genuino y exclusivo,
según a la clase que pertenezca.
En la enfermedad y en las preocupaciones,
nuestros antepasados buscaban un árbol
para abrazarse a su tronco,
para transmitirle sus angustias
y sus problemas y recibir,
a cambio, su fuerza.

Entonces sentían que el árbol
era mucho más que un ser inerte
y que por su tronco fluía la savia que da energía
a aquel que busca su consuelo.
Los jóvenes enamorados buscaban el tilo
para confiar sus intimidades amorosas
porque representaba el vigor de Venus.
Los hombres que iban a la guerra
abrazaban al roble
porque éste simbolizaba al dios Marte
y las personas que no tenían
confianza en sí mismas acudían al abedul,
que estaba bajo la protección de Mercurio.
Hoy en día se abraza un árbol
en los momentos de soledad y tristeza.
Se debe saber que se trata de una
terapia que recomiendan cada vez más
naturistas sabedores
de los grandes efectos positivos que tiene.

Ejercicio 2. Abraza a tu árbol

1.Acostumbra salir al campo,
bosque o parque más cercano
con cierta frecuencia para
que comiences a conocer a los árboles.
Seguramente podrás encontrar
alguno que te atraiga en especial.

2.Cada vez que te sientas enfermo,
cansado o bajo de energía,
pídele permiso a tu árbol
(con aquel que hiciste el ejercicio 1 de preferencia)
abrázalo.

3.Mientras te abrazas de su tronco,
siente cómo te cargas de energía,
te sientes más saludable
y te conectas con la madre Tierra.

4.Dale las gracias y despídete
poniendo tu mano derecha sobre su tronco.

La armonía, el amor y la luz
están donde la vida te lleve.
La iluminación de tus días
y los colores con que
los veas dependen de Ti.


No lo olvides, Tu y sólo Tu eres
el hacedor de tus sueños y tu destino.

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