jueves, 18 de junio de 2009

Padres que llegan cansados a casa.




Se llega cansado a casa. El cansancio es legítimo. El malhumor, no.

Conviene recordar que el hombre cansado es propenso al mal genio, ya que tiene las defensas bajas y los nervios menos templados.

El cansancio tiende al hermetismo. No es comunicativo. Es preciso dar al cansado un tiempo para decantar los afanes y preocupaciones de un día de trabajo. Hay que permitir al guerrero dejar sus armas, desensillar y recomponerse.

La niñez es de por sí impaciente, y por lo tanto, inoportuna. No se da cuenta del contexto ni pondera las circunstancias. Busca deshacerse cuanto antes de su mercadería. Interrumpe cuando no debe, tiene más prisa cuanto más debe esperar.

Es la hora heroica de los padres. Al llegar a casa ningún padre puede abrir la puerta y decirse: "Misión cumplida".

Si se cree que la casa es el lugar de las compensaciones egoístas, se ha perdido un padre de familia. La recompensa verdadera es la de verse rodeado por el afecto.

El cariño de los hijos no es un cariño abstracto, teórico. Es tangible. Se percibe. Se toca. Los ojos de los niños están diciendo : "Sé mi padre. Tú eres fuerte, más fuerte que el cansancio".

Segregarse de los niños al llegar a casa es decirles: "ustedes no me interesan". Un padre siempre cansado o que pide que se le trate como a un hombre cansado, es un padre enfermo. La casa no es una clínica de reposo, donde se cuida religiosamente el silencio para no alterar a los pacientes.

El lugar donde descansa el papá no es "zona de hospital", como tampoco el living debiera llevar el letrero de "niños jugando".

Cuando los hijos son pequeños son como juguetes del padre. Si se está de buen humor, se les da cuerda. Cuando el juego cansa o aburre, se les guarda o se les archiva. En muchos casos, la televisión sirve, lamentablemente, de archivo.

Si se considera a los hijos un estorbo porque perturban el descanso del padre, se exige a la madre que los haga evaporarse para que no creen problemas. El guerrero considera que ya ha tenido suficientes en su trabajo, oficio o negocio.

La vida de familia debe cultivarse a riesgo de que se vuelva un campo abandonado. Se abona con la conversación, con las celebraciones, con ritos familiares, con tradiciones, con un lenguaje que tiene puntos de referencia comunes.

Sin vida de familia, se pasa del trabajo al trabajo como por un túnel. Agradezcamos que la jornada se interrumpa para estar con los que se ama.

El cansancio de una jornada dura se recupera en la vida de familia. La gracia del hijo pequeño hace cambiar la vista cansada. Ahí no se nos acepta por nuestra eficacia, ni por nuestro rendimiento: se nos acoge con cariño.

Y la vida de familia es más amable cuando se enfrenta con amabilidad, cuando nos impacienta la avidez de un hijo por contar sus cosas, la del otro que asalta con peticiones, la de un tercero...

El hogar no es un monasterio donde se oye el silencio. Los niños no son objetos inmóviles que forman parte de la decoración. La casa no es casa de reposo para enfermos de los nervios. El cariño hace amables hasta las interrupciones.

Extracto del libro "Sentido común y educación en la familia", de Diego Ibáñez Langlois.

3 comentarios:

Alicia dijo...

Nuestras casas son nuestro sntuario, y nuestros hijos inundan de alegrías, tristezas, preocupaciones la misma.
Pero aunque llegas cansado a casa y necesites un tiempo para reponer fuertas, siempres las tendrás.
Ellos te hacen olvidar tus pesares y rtu cansancio con sus preguntas, con sus juegos, con sus comentarios que auncuando sean absurdos te arrancan una sonrisa.
Ellos despiertan a el niño que llevas dentro y hacen que realices astracanadas como las de que ellos hacen. Te empapas de su vitalidad, de su poca cabeza, de sus sueños, de sus miedos, de sus risas.....
Ellos son nuestro motor y nuestra bandera en la lucha de la vida.

Beto dijo...

Si Alicia, definitivamente tienes toda la razòn, con ellos se olvidan las cosas negativas, todo es cuestiòn de llegar con buena vibra hacia ellos y nada de preocupaciones.

CAZADORA dijo...

Muy cierto..Estoy de acuerdo con Uds..No importa si estamos cansados y procupados..con o sin porblemas..Pero al ver como nuestros hijos nos reciben ..con tanta alegria y los brazos peguenios y sus manitas alrededor de nosotros ..Su alegria al pronunciar nuestro nombre..Papi llegastes te quiero o Mami llegastes ..te quiero !! sus besos y sus ojitos de brillo ..como si hubieran visto a un angel..Cuando vemos todo eso..si Lectores cuando vemos eso o lo sentimos..TODO LO MALO ..LO NEGATIVO..LO CANSADO..TODO!! esa inociencia tan hermosa..El regalo mas hermoso que dios nos pudo dar..a NUESTROS HIJOS !!Ahora en un momento tan triste..recuerdo cuando mi padre llegaba a casa y tarde..pero pitando y chiflando y gritando nuestros nombres..ja ja ja brincabamos como resortes para correr a sus brazos y que nos cargara..Era un hombre que trabajaba a sol a sol ..tenia dos trabajos..para que nada nos faltara.. solo el Domingo por lo general..nos ibamos a desayunar..a misa..a comer..ya enseniarnos a manejar..al cine y a una plaza donde hacen una nieve riquisima..era todo el dia con nuestros padres..siempre contabamos cuantos dias faltaban para que fuera Domingo..pero eso si..antes de irse se iba muy temprano...pasaba por nuestras recamaras y somos 6 hermanos..y nos daba siempre su bendicion y su beso..nos deciaba un bello dia y siempre nos decia los amo y me siento muy orgulloso de uds..y cuando venia hacia lo mismo..hasta nos dejaba un dulce abajo de nuestra almohada..ya sabiamos ja ja ja ja..GRACIAS a la vida por darnos a nuestros hijos..buenos o malos son NUESTROS HIJOS!!