martes, 12 de agosto de 2014

Espero que pronto este blogg vuelva a estar presente en todas las personas que antes lo seguían, intentaremos seguir haciéndolo interesante para que así sea, hoy intervengo solamente para saludar afectuosamente a mi querida Beth, esperando que sigas mejor de salud, ya nos contarás como evolucionas por favor.
El niño de la gran sonrisa.
Un día de tantos, pero lluvioso, como tantos días son así, iba caminando hacia la estación del metro, aprisa, no sé si uno camina aprisa porque los demás van aprisa, o porque la lluvia lo obliga a ir así, pero que caso tiene?, de todas maneras hay que caminar hasta llegar al sitio que debemos llegar, así que aflojé un poco el paso, y estaba ahi, en ese semáforo, volteaba hacia todos lados viendo pasar los autos, viendo a la gente, su asombro me dijo que ese niño no era de la ciudad, como sintió que lo miraba volteó hacia mi y de inmediato me sonrió, una sonrisa así quita cualquier coraza, le sonreí a la vez, se acercó y me saludó de mano, le dije, como estás campeón? creo que nunca le habían dicho así y se me quedó mirando con asombro, pero me dijo lo contrario, me dijo, así me dice mi apá, usted como lo supo?, le respondí que así suelo llamar a mis hijos y a la gente que me encuentro o ya me conoce, es una manera de saludar con el fin de que nos sintamos de la mejor manera, de repente se me vino a la mente lo de su padre y le pregunté que donde estaba él, me respondio que precisamente estaba en la ciudad y que lo estaba buscando, le pregunté que si estaba solo y me dijo que si, pero que ya sabía donde encontrar a su padre, me señaló un lugar donde estaban trabajando una obra, y le pregunté si el sabía que estaba ahi, me dijo que no, pero que él ya lo había visto y que solo esperaría a que saliera para darle la sorpresa y le dije, entonces por eso estás tan feliz?, y me dijo, si mucho, hace un año que no lo veía y mi má me mandó para que el estuviera acompañado en las vacaciones mías, le pregunté si ya había comido algo, me dijo que no pero que ya comería con su papá, le dije que si gustaba le podía invitar una torta y un jugo y si me lo aceptó, ambos comimos pero él a la mitad del pan, lo envolvió cuidadosamente y lo guardó en la bolsa, le dije, ya no quieres? y me respondió, esto se lo guardo a mi papá, de seguro va a tener hambre, le dije que se lo terminara, que le compraría uno completo para su papá y así lo hizo, ya casí siendo las 6 de la tarde observé que los trabajadores empezaban a prepararse para salir, se lo mencioné al niño, y entonces nos acercamos a la puerta de la obra, me separé un poco de él mientras esperaba, al poco rato, salió un hombre que era la viva imágen del niño pero en adulto, se vieron, el padre sinceramente sorprendido pero alegre y le dijo, campeón, que andas haciendo acá!!!
Y el niño solo le respondió, te traje algo de comer....
Durante ese encuentro el pequeño me buscó y me vió, y una vez más me mostró esa sonrisa y con esa sonrisa en mi mente, seguí mi camino.
Hasta pronto, que la vida les entregue muchas sonrisas, es muy fácil, sonríe tu primero, verás lo que pasa.

1 comentario:

Beth dijo...

Simplemente: HERMOSO. Además has sabido integrar en éste bello relato cierta intriga inquietante: ¿De veras el padre estaba en la obra? o se trataba de un pequeño huerfano que así lo quería creer.Y, sospecho que el protagonista adulto también sufria de tal inquietud: No quería dejar al niño solo durante la espera....però sí, se dió..apareció el padre!! Y la sensación de felicidad llena, no solo a los 3 protagonistes, sinó que también al lector. Brillante historia con sentimientos a flor de piel. Felicito en gran manera al autor, y, por favor, le pido que siga brindándonos tan bellos como reflexivos momentos.